Quiero…
Quiero enseñarle a dar sus primeros pasos…
Quiero escuchar sus primeros balbuceos y luego sus primeras palabras…
Quiero mimarlo, darle mi cariño, mi hogar, mis brazos…
Quiero acercarme y sentir su respiración, verle su pancita en cada respiro…
Quiero escuchar un llanto de hambre, de algun dolorcito de panza, de enojo tirando sus juguetes…
Quiero reir con él, jugar, corretear en el parque sin descanso.
Quiero convertirme en niño y disfrutar juntos una vueltita en a calesita… y otra… y una mas…
Quiero que se duerma en mis brazos, apoyado en mi panza, en mi presencia…
Quiero regañarlo ante alguna travesura o ser su complice secreto…
Quiero enseñarle buenos modales, a escribir, a leer… hasta quiero enseñarle inglés…
Quiero levantarme en la madrugada para prepararle el desayuno y bien tempranito escuchar un “un ratito mas, pa” y renegar porque llegara tarde al colegio…
Quiero llevarlo y verlo hasta entrar al aula y desaparecer…
Quiero estudiar con él, armar la mejor fiesta de cumpleaños y festejarlo con él…
Quiero ver su carita el primer dia de secundario, sus primeros pasos en la adolescencia, su primera novia, su primer “pa, ya estoy grande!” y ver como poquito a poco va abriendo sus alitas para remontar vuelo…
Quiero esperarlo en la madrugada despierto cuando salga a bailar y sentir su aliento si ha bebido algo, o si su ropa tiene olor a humo.
Quiero hablarle de hombre a hombre cuando tenga edad…
Quiero armar sus maletas cuando, por decisión propia, quiera irse…
Quiero revisar si estara bien…
Quiero llamarle a cada rato para saber si necesita algo…
Quiero esperar ansioso en la vereda cuando este por llegar…
Quiero ver sus hijos, que serán el comienzo de una historia que seguirá y que no querre nunca terminar…
Quiero…
Quiero tener un hijo para que, cuando viejo, me diga “Gracias, pa!”
© Juan Manuel Ramos