Ojala nunca te haga falta yo como vos a mi, hoy que estas lejos, dispuesto a aceptar esta despedida que nos destruye. Monólogos sin sentido para recuperar lo que siempre vivimos y que ahora desapareció, cosas que nunca llegaron a importarte porque por vos, lo egocéntrico creaba el muro que nos separo.
Y te extraño. Tu voz. Tu risa. Tu boca. Extraño que mis brazos te cuiden, te encierren en mi, nada te iba a hacer daño... pero me olvidaba de vos mismo.
No estas y se me desnudan los pensamientos entre pilas de papeles que tienen escrito tu nombre. Cada momento lo guardo con cariño, aunque este dolor me vista de odio cada vez que quiero pensarte.
Vos seguirás sin mi haciendo de cuenta que nunca estuve. Yo seguiré, sin vos, recordando lo que un día fuiste y como construiste en mi vida un castillo de ilusiones y sueños a compartir, que después fueron mis monólogos cuando preguntaron los motivos de mi llanto. Vos ya no estas mas. Yo tampoco. Ni siquiera el triste recuerdo de la primera vez que nos amamos.
© Juan Manuel Ramos
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