Mañana te veré partir, mañana te veré alejarte feliz de mi, como si fuera un momento donde todo se olvida luego, y es que eso es y yo lo convierto en algo único.
Mañana despertare y ya no estarás a mi lado como ahora, que mientras duermes te miro, admiro tu belleza y se me hace un nudo en el pecho por la impotencia de saber que nunca podré ser ese que te va a estar esperando, ansioso por tu regreso a la casa y lo envuelvas con su perfume en un misterioso agujero de deseo y pasión.
Mañana te diré adiós, cual barco parte hacia alta mar… vacío y misterioso, rodeado de olas chocando contra si y yo solo seré la piedra que, a una orilla, te vera alejarse.
Mañana ya no serás mío, y maldita sea, ¡cuanto duele saberlo!
No tocare tu piel, no te besare, no recorreré tu cuerpo con mis labios ni roseare de mi esencia todo tu ser, aunque se pierda con otras, de las tantas que tienes impregnadas en ti.
Mañana será todo igual… vos y tu vida… yo y el recuerdo, vacío, por dejarte lo que tengo para dar.
Mañana… seré un desconocido para vos… y para mi… serás el hombre que yo soñé.
© Juan Manuel Ramos